expedición noratlántica 2017: Edimburgo-2

A mí es que lo anglosajón no me gusta ni un pelo, me siento muy incómodo, lo mismo me pasó cuando fuimos a Australia: que no, que no me va, que me da grima. Así como me siento en las culturas nórdicas como pez en el agua, en las anglosajonas se me erizan los pelillos… Y el festival de Edimburgo estaba anglosajonado a tope, además con una carga de mercadotecnia y reclamología que echaban p’atrás. Yo no sé si hace veintitantos años, cuando ya sentí ganas de visitar este festival, pero no acerté a cuadrar las fechas para coincidir con él en mis viajes escoceses, sería menos «véndote-la-moto»…

Pero, bueno, lo que sí ha sido cosa grande es el ambiente, gente a raudales, el bullicio, el «buen rollo», la «buena onda», la ciudad transpirando jovialidad y alegría de vivir por todos sus poros… Anglosajón o no…, siempre es bueno ver a las personitas relajadas y felices a tu alrededor. Una maravillosa experiencia.

Leave a Reply