
Ahí una foto casi histórica que me hice el viernes pasado para inmortalizar mi primer paseo a cara descubierta en tres meses en este annuus horribilis de la pandemia. El fin de semana anterior, las autoridades sanitarias habían notificado que ya no era obligatorio para los habitantes de Pequín llevar la mascarilla en espacios abiertos, aunque recomendando a todo el mundo guardar los dos metros de distancia.
Precisamente hoy hace un mes, el 25 de abril, tomé esta otra en un parque cerca de casa:

A esas alturas ya todo el mundo podía disfrutar del esparcimiento, pero, eso sí, todo quisqui convenientemente enmascarado.
En cambio, este último fin de semana podían verse escenas como esta siguiente, con gente a cara descubierta, como este papá, mamá y la niña disfrutando con su bici:

Lentamente, cada vez más personas se empiezan a animar a quitarse el adminículo en la calle. Aún la inmensa mayoría lo siguen llevando, y eso me incluye a mí ahora durante la semana, porque, yendo a la oficina (por supuesto, allí sigue siendo importante mantener todas las precauciones) y viniendo (porque a veces uno se pasa por una tienda para comprar algo, y en espacios cerrados la obligatoriedad sigue bien vigente), la verdad es que resulta más práctico y menos engorroso andar con la máscara aún todo el tiempo… Cosa diferente será el fin de semana…